Scott (Ryan Phillippe) lleva diez años entrando y saliendo de rehabilitación a causa de su adicción a las drogas. El fantasma de su madre muerta lo persigue, instándole a que regrese a casa, lugar en el que vive la familia que precisamente le dio la espalda tiempo atrás. Eso es lo que hace, reencontrándose entonces con la esposa (Anna Paquin) de su hermano (Luke Wilson), que aún está enamorada de él, pues fue su primer amor.
Pressured by his deceased mother's ghost to return home to the family he abandoned, a former addict grabs a bag of pills and a sack of marijuana and hits the road to Louisiana.